Discurso de Dom Raymundo Damasceno Assis em mesa redonda entre ACNUR e Religiões pela Paz

Saludo a todas las instituciones que nos acompañan y en particular saludo y agradezco al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados por la promoción y organización de este evento junto con Religiones por la Paz, de la cual tengo el honor de ser miembro.

Hablar en paz o por la paz es un principio en torno al cual las religiones se sienten llamadas a actuar como un mandamiento fundamental en el cumplimiento de uno de sus objetivos centrales. Y en este caminar conjunto, donde hermanos y hermanas de diferentes religiones se reúnen y buscan fortalecer sus esfuerzos por un mundo de paz, es inevitable que tengamos en cuenta las cuestiones y preocupaciones sobre el medio ambiente, la justicia social, la reducción de las desigualdades que dividen a los seres humanos entre ricos, pobres y miserables, la preocupación con la ecología, en resumen, con la “Casa Común” y sus habitantes, en palabras del Papa Francisco.

Frente a tantos desafíos y llamamientos que nos presenta la realidad actual del mundo, los refugiados y desplazados están ante nuestros ojos y desafían a cada uno de nosotros, a cada religión, a cada actor de la sociedad. Son aproximadamente 80 millones de hijos e hijas de Dios cuya vida está amenazada y su dignidad profundamente afectada, y seguirá siendo, si la solidaridad y la acción firme y efectiva no se constituyen un compromiso permanente universal. Y además de la acción eficaz de nuestras Iglesias, que hagamos llegar nuestra voz a los gobiernos de los países, a las autoridades y a la sociedad, pidiendo unión y acciones efectivas de acogida, protección e integración de refugiados y refugiadas, porque sin ello no podrá haber paz y tampoco podremos sentir paz en nuestro corazón.

El Papa Francisco nos dijo hace pocos días: “Hay que mirar lejos, de lo contrario la historia no nos perdonará. Tenemos que trabajar hoy por el futuro de todos y todas. Los jóvenes y los pobres (entre los que se encuentran los refugiados) nos pedirán cuentas” (Roma, 12/09/2020).

Si me permiten, deseo hacer referencia también a la reciente manifestación del Alto Comisario de Naciones Unidas para Refugiados, Filippo Grandi, que expresó su preocupación, pero también y sobre todo su esperanza: “Si la comunidad internacional puede encontrar la unidad, la voluntad política y las capacidades para ayudar a los países a salir de las crisis y reconstruirse, es muy probable que hayamos resuelto más de la mitad de los problemas de refugiados del mundo” (18junio2020).

La Iglesia Católica, en esta unión de religiones por la paz y con todos aquellos que promueven la paz, que quieren vivir la paz y que desean ver reinar la justicia y la paz, reafirma su compromiso con la causa de la Casa Común en beneficio de todos los que en ella habitan, criaturas amadas de Dios.

Cardeal Raymundo Damasceno Assis, arcebispo emérito de Aparecida (SP), durante mesa redonda entre ACNUR e Religiões pela Paz.